La situación actual: encrucijada para los de arriba y oportunidad para los de abajo


Declaración del Frente Anticapitalista por el Socialismo, FAS

El debate por la legalización del aborto, en el contexto de crisis económica y desgaste institucional, se transformó en una crisis política que atraviesa  a todos los partidos. Además de constituir una cuestión urgente de salud pública, el acceso  al aborto en condiciones de salud dignas, la discusión de un proyecto de ley al respecto genera una profunda tensión tanto en el gobierno como en la oposición patronal.

La llegada al parlamento de este proyecto, es el producto directo e indiscutible de las amplias movilizaciones realizadas desde hace tiempo por las organizaciones que luchan por los derechos de la mujer, principalmente aquellas que centran sus intervenciones en la cuestión social, que atraviesa todo el movimiento feminista, es decir quienes entienden y sostienen que son las mujeres de la clase obrera las que deben conquistar esos derechos, ya que son quienes sufren todas las formas de opresión. 

En este contexto, el gobierno está acorralado frente a un tema que se ha convertido en un motivo de debate en todo el país, un hecho político trascendente, que tiene incluso significación regional, ya que si se impone esta histórica reivindicación democrática será un espaldarazo enorme para el movimiento por el derecho a la salud y contra la opresión de la mujer obrera. A pesar de la resistencia reaccionaria de la iglesia y los grupos más retrógrados, la victoria impuesta por el movimiento de masas de Irlanda constituyó un ejemplo abrumador, porque fue logrado dentro de una sociedad en la que la iglesia católica aún es una fuerza política hegemónica.

Pero la coalición en el gobierno no es la única embretada con esta discusión, sino que toda la oposición patronal está también en una situación más que incómoda. Los kirchneristas, que luego de doce años en el manejo del Estado y teniendo amplia mayoría en el parlamento jamás promovieron  la despenalización del aborto, hoy se ven obligados a ponerse un ropaje progresista, borrando con el codo todo lo que sostuvieron hasta ahora en esta cuestión. 

A esta comedia, representada por los partidos patronales, se suma el engendro político del Papa, el recientemente lanzado “En Marcha”, un frente electoral constituido por toda la social democracia, desde De Genaro hasta el PCR y los movimientos post modernos de la “Izquierda Popular”, que lleva como principal figura para el 2019 al monaguillo Juan Grabois. En el seno de este proyecto capitalista alternativo milita gran parte del movimiento feminista pequeño burgués, que también ha sido atravesado por la reivindicación en favor del aborto legal, seguro y gratuito, justo después de que el representante político del Papa se pronunciara en contra del proyecto. 

Encrucijada para los de arriba, oportunidad para los de abajo  

Esta coyuntura, que pone en un brete a la burguesía, exponiendo los intereses de cada partido ante las masas, debería aparecer para la izquierda consecuente como una gran oportunidad, ya que puede demostrar que es el único sector que además de luchar consecuentemente por la legalización y gratuidad del aborto está dispuesto a llevar hasta el final la pelea por el resto de las demandas democráticas insatisfechas por el capitalismo, semicolonial y en decadencia.

Este debate se terminó presentando en el momento más crítico para el régimen, justo cuando necesita avanzar con la aplicación de un ajuste brutal - ordenado por el FMI - cuyos efectos más siniestros empujarán a las resistencia obrera y popular a profundizar sus métodos de lucha y organización. La izquierda revolucionaria debe asumir que, en este marco y con la burocracia jugando el papel de principal sostén del régimen, debe dar pasos concretos en el sentido de construir una “Nueva Dirección” que se proponga liderar todos y cada uno de los conflictos y su más que necesaria unificación, a través del Argentinazo que hará falta para echar a Macri, los gobernadores, el FMI y todos sus cómplices.

El Plenario Sindical Combativo convocado para el sábado 23 en el Micro Estado de Lanús puede ser, si las organizaciones que estarán presentes así lo entienden, un primer paso al servicio de construir una izquierda que deje de ser testimonial o meramente parlamentarista y se convierta en alternativa de dirección de la clase trabajadora y el pueblo pobre, que sólo saldrán del hambre, la precarización laboral, el desempleo y la miseria a través de la Acción Directa y con el Programa Socialista.



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