A un año del asesinato de Santiago: Construir la unidad de los revolucionarios para abrir una nueva perspectiva
Declaración del FAS
El gobierno de Macri está tomando una serie de medidas
preventivas. Trata de adelantarse a los acontecimientos. Sabe que sus
políticas, y sus brutales y constantes ataques a las condiciones de vida de
millones de compatriotas, empujaran a las calles a centenares de miles de
trabajadores y pobres de la ciudad y el campo, y se prepara para enfrentarlos.
En esto, también lo peor está por venir. En todas las medidas que está tomando no hay torpezas ni
falta de sensibilidad. Solo hay fervor para defender los intereses de los
grupos económicos más concentrados, del capital financiero, los agro negocios y
las corruptelas de una clase social descompuesta y parasitaria que nunca se
cansa de hambrear y reprimir al pueblo.
Ahora, de acuerdo a la representante del Pentágono, la
ministra de in-seguridad Bullrich, el gran problema es diciembre. En el
imaginario de la burguesía, diciembre está poblado de fantasmas. Fantasmas
reales, que tienen la mala costumbre de presentarse en carne y hueso, mal
vestidos, con años de miseria a cuesta, con hambre, y sobre todo con sueños de
justicia e igualdad. Y tienen otra mala costumbre, es la de ocupar plazas y
calles, cortar rutas, hacer huelgas y librar verdaderas batallas contra las
fuerzas represivas y todo para reclamar
por supuestos derechos, para protestar por necesidades insatisfechas, a exigir
cosas como si el país fuera de ellos. Ya lo hicieron el 19 y 20 de diciembre
del 2001, y lo volvieron a repetir el 18 de diciembre del 2017, a solo tres
meses de haber ganado las elecciones el macrismo. Si, tienen razones para
preocuparse, para estar prevenidos. Pero en medio de tantos desvelos
reaccionarios, tienen una duda que les quita el sueño ¿Llegaran a diciembre?
La política en Argentina tiene curiosidades. Para la banda de
Ceos macrista, el 2° semestre en los dos primeros años de gobierno, fue la
zanahoria con que justificaban todas las medidas antipopulares. Ahora, a punto
de cumplir el tercer año, el 2° semestre es la tormenta, “lo peor está por
venir”. Este 2° semestre son los escándalos de los aportantes truchos, los
despidos por centenares en Télam y Atucha, el desguace de los Astilleros Río
Santiago y el INVAP. Es el brutal
recorte de las asignaciones familiares, la eliminación de los subsidios por
discapacidad a más de 265.000 menores de 18 años, la pérdida de 16.000 puestos
de trabajo en la industria en los últimos seis meses, el cierre de miles de
pequeños comercios.
Mientras un puñado de especuladores locales y extranjeros
fugaron en un par de meses 16.000 millones de dólares, más de lo que nos
endeudaron con el préstamo del FMI, es el aumento sideral de la impagable deuda
externa. Es la demostración irrefutable de que la burguesía local, en cualquiera
de sus variantes, está hipotecada al capital financiero local y extranjero, a
los especuladores de la Bolsa, al parasitismo de los rentistas, a los
saqueadores de nuestros recursos naturales.
Para aumentar los desvelos de los caza fantasmas locales, en
diciembre se reúne en nuestro País la Cumbre del G 20. Aquí estarán los
representantes políticos de los dueños del mundo. Los presidentes del 10% de
las naciones que toman decisiones que afectan al 90% restante. Los que dominan
el 85% del PBI mundial y el 75% del comercio mundial. Vendrán acompañados por
aquellos que monitorean y coordinan las políticas de ajuste, desregulación y
liberalización durante las últimas décadas, el FMI, el Banco Mundial, la
Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico (OCDE).
Dos cosas son seguras, habrá más dependencia y
habrá más luchas. Imposible para los mayordomos locales soñar con una casa en
orden y un escenario de paz social que les permita recibir a los amos del mundo,
como lo que realmente son, los amos de la Argentina. Esta burguesía, socia
minoritaria del imperialismo, que desde el fondo de nuestra historia siempre
asocio el progreso y la modernidad, el ingreso al primer mundo, con la
subordinación a las potencias imperialistas, antes a Inglaterra y ahora a EEUU,
ha renunciado a cualquier proyecto de desarrollo independiente.
Por eso la dependencia en nuestro País no solo es económica.
Es también política, diplomática y militar. Nada transcurre fuera de esta
realidad. Todo se discute y se resuelve en las oficinas de Washington o en la embajada de EEUU. Hasta el
progresismo pequeño burgués, más allá de roces y disputas en función de
renegociar los términos de la dependencia, organiza sus desfiles por esas
oficinas. Es esta misma burguesía la que se prepara para enfrentar las luchas
populares.
Unos profundizando la represión, otros tratando de mantener bajo
control a las mismas y llegar, aunque
sea a la rastra a las elecciones del 2019. Unos denunciando a los “violentos” y
supuestas conspiraciones de Mapuches y varios más, militarizando al País y
ocupando con fuerzas represivas los barrios pobres de las grandes ciudades.
Otros clamando contra la violencia popular y reclamando marchas y protestas
pacíficas, llamando a defender la institucionalidad burguesa, a que el gobierno
de los ricos cambie el plan económico que precisamente está diseñado para los
ricos.
Todos defendiendo la continuidad del capitalismo, sea en su versión
neoliberal o en su versión nacional y popular. Todos asegurando la continuidad
de la dependencia y la ganancia de los grandes grupos nacionales y
multinacionales. Y todos, ante la
creciente debilidad y pérdida de
confianza “de los mercados” en el gobierno, preparándose para organizar un
recambio si es que las luchas desbordan al gobierno, a sus aliados del PJ, la
UCR y a la burocracia sindical. Porque en definitiva, lo que hoy divide a las
distintas fracciones de la burguesía, es determinar cuál es el mejor camino
para darle sobre vida a un capitalismo exhausto e incapaz de resolver los
graves problemas que afectan a millones de trabajadores y pobres en nuestro
País. La represión abierta y feroz en medio del ajuste, o una combinación de
esta con pequeñas concesiones que contengan a las masas en los marcos del
sistema.
Si bien no podemos predecir en qué dirección se resolverá la
actual crisis económica y política, una cosa es segura. Sin construir el
Partido de la revolución y el Socialismo (perspectiva que no necesariamente debe o puede concretarse entre los grupos que conformamos el FAS) sin avanzar en la unidad de
los destacamentos revolucionarios, la salida en manos de cualquier sector de la
burguesía será una salida que alimente la contrarrevolución.
Esto ya lo vivimos, no es teoría, es la
dialéctica de la lucha de clases. Aquí hay continuidades, el plan de sumar a
las Fuerzas Armadas en la represión interna ya fue puesto en marcha por el
Kirchnerismo con el llamado escudo norte que destino 4500 hombres para
custodiar la frontera norte, e inundar
las ciudades con gendarmes y la prefectura, con el represor Milani al frente de las FFAA de la
“democracia” y Berni reprimiendo a los trabajadores en la Panamericana, todo
esto coronado por la aprobación de la ley antiterrorista. Por eso cuando
decimos “Hay que echarlos a todos” no estamos esgrimiendo solo una consigna.
Estamos planteando una tarea para los miles de trabajadores ocupados y
desocupados, para los campesinos sin tierras, para las compañeras, para los miles
que luchan y se movilizan en todo el País. Una tarea para discutirlas en las
asambleas obreras y populares, para enraizarlas en las fábricas y las barriadas
pobres. Una tarea política que forme parte de un programa de lucha por todas
las reivindicaciones económicas, unido a la lucha por conquistar un gobierno
obrero y popular que abra paso al socialismo en nuestra Patria. Para eso necesitamos
poner en pie una dirección revolucionaria consecuente, cuyo producto más
avanzado es el necesario Partido, que debe surgir de la unidad de los
revolucionarios dispuestos a construirlo.
Partido, Frente
Anticapitalista y organización de la violencia popular son las tareas que se deben resolver para
avanzar.¡¡Diciembre es ahora!!! A un año de la desaparición forzada y del crimen de Santiago
Maldonado, llamamos a ocupar las calles y plazas del País, a movilizarnos
exigiendo el juicio y castigo de los responsables de su asesinato. ¡¡No habrá
olvido ni perdón para Macri, la Bullrich, Nocetti , los gendarmes asesinos y los
jueces y fiscales que los encubren! ¡SANTIAGO MALDONADO….PRESENTE AHORA Y SIEMPRE!
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